Alegría es hoy una de las principales páginas de humor político de Argentina en las redes sociales. Funciona como un colectivo, en ella publican más de 30 dibujantes e historietistas. Actualmente cuentan con más de 78 mil seguidores en Facebook. Desde su lanzamiento comparten de 3 a 5 chistes por día, durante todo el año.
El domingo 9 de abril, en el Espacio Sísmico del barrio de Palermo presentaron su libro anuario 2016, que fue financiado colectivamente por sus seguidores a través del sitio Idea.me, donde llegaron a recaudar casi ochenta mil pesos. Es una comunidad muy activa, donde no sólo debaten en cada publicación sino que también envían sus caricaturas para que sean compartidas.
El Cartel se hizo presente y charló sobre el proyecto con Hernán “Ernán” Cirianni, Esteban Podetti y Mario “El Polaco” Scalerandi, parte del colectivo Alegría.
¿Cómo nace Alegría?
Hernán: El proyecto lo quisimos lanzar en octubre del 2015, antes de que gane Macri. Queríamos hacer una página de humor político, muy radical supuestamente, donde pudiéramos pegarle a todos los partidos por igual. Nos demoramos un poco y cuando ganó Macri dijimos «bueno muchachos, vamos a hacerlo». Reconocimos en el presidente, en su equipo y las medidas tomadas, al principal enemigo de la historieta. En febrero del 2016 comenzamos a juntar los trabajos de los diferentes dibujantes, empezamos siendo un colectivo de 12 personas y creamos una página de Facebook, recibimos material de la gente por mensaje para publicarlo y entonces empezó a crecer el proyecto.
Polaco: Esencialmente nace ni bien asumió el presidente Macri, ya veíamos cómo se venían las políticas, y nace de un grupo de colegas que ya veníamos con ganas de juntarnos y hacer alguna movida gráfica y de humor. El proyecto fue básicamente oponernos desde nuestro lugar, que es el humor gráfico, a las medidas que se tomaban en este gobierno.
¿Qué tienen en común los integrantes del Colectivo Alegría?
Podetti: Si bien todos venimos de extracciones políticas más o menos diferentes a ninguno le gustaba el nuevo gobierno ni lo que empezó a pasar desde el día uno que asumió Mauri. Empezamos a hacer lo único que sabemos hacer, que es hacer chistes. Nos pusimos cada uno a mandar nuestros trabajos. El proyecto es bastante anárquico en el mejor sentido, nadie le baja línea al otro.
Hernán: Somos del sector de izquierda en contra del gobierno de Macri pero en contra también de la derechización del peronismo. O sea que nos une la libertad de expresión entendiendo que el humor político tiene que ser crítico y contestatario.
Da la sensación, por la cantidad de publicaciones que hacen diariamente, que es un contexto fácil para hacer humor político. Todos los días hay alguna declaración, alguna medida, algún suceso que da para hablar. ¿Lo ven así?
Hernán: El otro día comentaba que hace poco estaba prendiendo la tele y estaba Macri inaugurando una fábrica de helicópteros, ahí no había más que hacer que una captura de pantalla y ya. En un principio creíamos que era gracioso esta idea de que en Cambiemos son despolitizados, ahora te das cuenta que en realidad está muy organizado y lo que parecía simpático y divertido en realidad es terrible.
Polaco: En un principio era bastante catárquico, pero a medida que pasa el tiempo también se transforma en algo tedioso, porque duelen muchas cosas que están pasando y al traspasarlas al humor uno siente que las está ablandando un poquito. De todas formas hay una intención siempre crítica de lo que estamos haciendo y sí, te dejan en bandeja las cosas pero a veces cuesta, por una cuestión interna como decir “la puta madre, tengo que hacer un chiste de estos hijos de puta”. Pero sí, te la dejan picando siempre.
Si bien estamos atravesando un periodo que les da mucho contenido a los realizadores, es cada vez más difícil vivir del humor político.
Hernán: Ya no quedan revistas de humor político, ya no está Fierro, Hum@r, Satiricón, entre otras. Nosotros teníamos la idea de que Alegría se transformara en una revista bimestral de humor político. Pero lo que vemos que sucedió con la revista Barcelona es que no solo tenemos que poner guita en la imprenta sino que también en contratar abogados, contratar a alguien que nos explique qué cosas se pueden hacer y cuáles no.
Polaco: En Argentina está bastante complicado vivir del humor, de hecho la mayoría de los que estamos en “Alegría” no vivimos del humor, ni siquiera del dibujo, sino que siempre lo vimos como una herramienta y como expresión catárquica. Es bastante complejo porque las medidas económicas de recorte llegan a todos lados, a la cultura, a la educación, a los medios gráficos, algunas revistas tal vez cierran porque no obtienen ventas, pero en la mayoría de los casos porque no hay una política de apoyo a esas revistas. Revista “Fierro” perdió la batalla porque al sacarle la pauta no tenía las herramientas suficientes. Tal vez se dejó de vender un poco pero antes lograban salir y creo que son batallas que se van perdiendo desde la cultura. Donde un gobierno no pone plata para difundir la cultura, eso se pierde inevitablemente.
En ese sentido las redes sociales pasaron a ocupar un rol fundamental, ¿cómo se adaptó el humor político a las mismas?
Hernán: El humor político que más directo en las redes sociales, llega mucho más rápido a un sector mucho más grande de la población. Lo que sí, hay que romper con el mito de que las redes sociales son medios más democráticos, en ellas también existe la censura. El gobierno le dio una pauta publicitaria muy grande a Facebook que no solo está destinada a la propaganda sino también al seguimiento de lo que se publica. Muchos chistes sobre personajes de Cambiemos nos los han censurado. Obviamente entendemos que es una red privada pero existe una doble vara.
¿Qué valor le das humor como herramienta para instalar el debate y la discusión?
Polaco: El humor siempre me pareció que es una herramienta de lucha importante. Claro que la principal lucha siempre ocurre en la calle, pero uno tiene determinadas herramientas y con eso hace lo que puede. Pienso que el humor está bueno y que se hayan creado pequeños reductos no sólo de humor sino de noticias mostrando desde una visión crítica lo que pasa en el gobierno, son como válvulas de escape que ayudan no sólo a informar a la gente sino a sentir empatía y sentirse contenidos en lugares que más o menos muestran lo que está pasando, porque los grandes medios lo están apagando todo el tiempo.
Hernán: El humor es la mejor herramienta para hacer cualquier cosa, no sólo política, es la manera más fácil, directa y critica de llegar a cualquier persona y lo que sucede es que al progresismo todavía le siguen ofendiendo algunos chistes. En cuanto el humor en realidad es una crítica y como critica uno tiene que tomarlo.
¿Qué nos podés contar de Alegría, el libro?
Polaco: El libro principalmente es un anuario de lo sucedido desde enero del 2016 hasta febrero del 2017 y tiene las características de un anuario. La forma de realizarlo fue separar en doce grupos que equivaldría a cada mes, y en esos grupos dos o tres personas se encargaron de ver qué pasó en cada mes y elegir los chistes más relevantes de lo sucedido en ese período. Al mismo tiempo pusimos una infografía explicando lo sucedido, una historieta inédita y un texto en cada mes de diferentes escritores como anclaje que explique lo que fue pasando.
Podetti: El libro está buenísimo, no tiene solo chistes sino también un montón de agregados, historietas exclusivas que no salieron en la página de Facebook. Incluye algo muy divertido que son los comentarios de los lectores puteándonos, que una cosa es verlas en las redes sociales que uno está acostumbrado y otra cosa es verlas por escrito, ahí te das cuenta en la demencia que estamos viviendo.
Forman parte del colectivo alegría: Agite, Anti, Ariel LvV, Barba, Cape, Catinga, Conan, Ernán, Fantoni, Gory, Gustavo Sala, Hor Lang, JP Valdecantos, Kripto, Ladrón, Langer, Lietti, Luciano Giraldez, Maléfico, Mancor, Mantrul, Marcos Vergara, Max SQ, Maxi Sanguinetti, Nani, Otto, Podetti, Polaco Scalerandi, Puerto, Razz, Riskin, Semola Souto, Verde, y Van chuyo.
Nota: Marcos Principi.
Fotografías: Juan Principi.