En un país que está siendo golpeado por las medidas del actual gobierno nacional, como lo son el aumento tarifario, la ola de despidos tanto en el sector privado como en el público y la creciente inflación, las universidades públicas no se encuentran exentas del deterioro. Hace ya más de un mes docentes, estudiantes y auxiliares de las distintas universidades nacionales se vienen manifestando ante el tremendo ajuste 
que están sufriendo. Una de las tantas universidades que está siendo afectada por este ajuste es la Universidad Nacional de General Sarmiento (UNGS) donde en Marzo del año 2015 la universidad pagó $87.384 y en Marzo del 2016 pagó $312.660. Otro claro ejemplo es el de la Universidad Nacional de Moreno (UNM), donde en el año 2015 la universidad estaba pagando un promedio mensual de $16.000 y luego del ajuste tarifario pasó a pagar $92.000 mensuales, siendo que la universidad mantiene el mismo consumo en promedio que el año 2015, alrededor de 80.000 KWH mensuales. La UNM está analizando la toma de medidas drásticas como la inversión en instalación eléctrica y artefactos para bajar el consumo (relojes en los tableros para cortes de luz programados, instalación de lámparas led, etc), para así poder bajar el consumo eléctrico racionalizando al máximo el uso de la electricidad y así poder afrontar el tarifazo.
En el marco de las diferentes actividades que viene realizando la comunidad universitaria entrevistamos a diferentes actores de universidades del conurbano y cubrimos la histórica movilización del 12 de Mayo.
En la UNGS el pasado 26 de Abril se llevó adelante una asamblea interclaustros contra el ajuste presupuestario que está sufriendo y por el conflicto en el cierre de paritaria de los docentes universitarios. Germán Pinazo, secretario general de ADIUNGS (Asociación de Docentes e Investigadores de la Universidad Nacional de General Sarmiento) nos comentó al respecto: “Es una asamblea en el marco de la discusión que venimos llevando adelante por el tema de la paritaria salarial, la reducción del presupuesto de funcionamiento de la universidad, el aumento de los gastos de la universidad y la campaña de desprestigio de la universidad pública, particularmente de las universidades del conurbano”.
Nuria Paola Yabkowski (Secretaria adjunta de ADIUNGS) nos decía sobre la situación presupuestaria de la UNGS “Hay recortes en las partidas presupuestarias de gastos de funcionamiento, 25% menos solo enero y estamos a fin de abril. Esa es la situación en todas las universidades nacionales. Además están paralizados todos los convenios y programas que nos permitían construir más laboratorios, más aulas, el edificio de la Escuela Secundaria, etc”.
Algo similar ocurrió en la Universidad Nacional de Moreno (UNM) donde docentes y alumnos hace tres semanas llevaron adelante una asamblea para debatir la situación actual de las universidades. Allí el docente Federico Cormick nos comentó: “Esta coyuntura plantea que es imperioso intervenir en la movilización, en las huelgas, porque estamos en un contexto de ajuste significativo contra la educación pública”.
Una movilización histórica
Innumerables actividades se fueron desarrollando en las distintas universidades nacionales del país como repudio al ajuste de la educación pública, desde paro docente hasta clases públicas y asambleas. Ante esta ola de aumentos y la postura adoptada por el gobierno nacional de no cambiar el rumbo de sus medidas, el día Jueves 12 de Mayo se llevó a cabo una histórica movilización al Ministerio de Educación y un paro general en todas las universidades nacionales del país; histórica no sólo por la gran cantidad de participantes que tuvo sino también porque de ella fueron protagonistas todas las universidades nacionales, las federaciones estudiantiles, todos los gremios de docentes universitarios y de los trabajadores auxiliares. Este fenómeno no se daba desde el 2001, cuando el ministro de la alianza Ricardo López Murphy anunció un recorte en las universidades públicas de 1962 millones de pesos. Recordando este hecho Bárbara, militante de Patria Grande nos decía “Me encanta ver esta unión que no se veía desde hace 15 años, eso hay que remarcarlo. La unidad en las calles es lo que va a permitir que terminemos triunfando, tengo esperanzas en eso.”.
Si algo quedó claro en la marcha es que no importó la procedencia política de quienes movilizaron el jueves. Así, se vio que sectores kirchneristas, la izquierda, Franja Morada y estudiantes independientes marcharon juntos con un mismo objetivo: el repudio al plan de ajuste macrista y de avanzada en contra de la educación pública. Haciendo referencia a esto Juan Ignacio, militante de Nuevo Encuentro nos comentó: “Tanto los que defendemos al gobierno saliente como los espacios que no están de acuerdo con él, sabemos que en este momento lo que nos convoca es algo mucho mayor, porque la realidad es que es muy grave lo que está sucediendo con la educación y está bueno que podamos confluir en este lugar”. En la misma línea Julieta, de Izquierda Socialista, comentó: “Más allá de las diferencias políticas, que las tenemos, creemos que lo más importante hoy es la unidad de acción y de coordinación, tanto entre estudiantes como con los laburantes para poder salir adelante y enfrentar el ajuste”. Más adelante haciendo referencia al boleto estudiantil, una de las consignas por cual se marchó, nos decía: “venimos a reclamar por el boleto educativo, que es una ley que a nivel provincial ya está aprobada y no la quieren implementar. Queremos que el boleto educativo gratuito se aplique también a nivel nacional y que se aplique ya”.
Si bien en la marcha la mayoría de los concurrentes eran estudiantes, hubo una gran cantidad de docentes que se manifestaron aquel día. Una de ellas fue la docente de la Universidad de Buenos Aires (UBA) Clara Kriger, quien nos comentó que gracias a la gratuidad de las universidades nacionales argentinas ella pudo realizar toda su carrera sin pagar nada y luego su doctorado con un costo muy bajo. También dijo que cuando comenta esto fuera del país no pueden creerlo. Ya haciendo referencia a su participación de la marcha del jueves decía: “Habíamos recuperado una cantidad importante de investigadores y un espacio muy interesante para la docencia y la investigación, y ahora tenemos la sensación de que estamos a punto de perder casi todo; estoy acá para defender eso”. Otro que hizo referencia a lo notorio y poco común de la buena educación pública superior fue un estudiante de la Universidad de San Martín (UNSAM), Igor Alfaro, quien dio testimonio sobre su experiencia personal: “La educación en Argentina es un privilegio que no lo tienen otros países latinoamericanos. Por ejemplo en la universidad que yo ingrese en Perú, había una tasa de 50.000 postulantes para 5.000 vacantes, mientras que en la universidad Argentina uno se inscribe e ingresa salvo raras excepciones. A nivel de políticas sociales esa es una política social-educativa que es pionera en Latinoamérica. Eso es lo que estamos defendiendo hoy también”.
Luego de ocho reuniones entre los sindicatos de docentes universitarios y el gobierno nacional, finalmente llegaron a un acuerdo en el cierre de paritarias. En dicho acuerdo se llegó a un aumento global del 35% dividido en cuatro cuotas, 18% en mayo, 7.5% en septiembre, 7.5% en noviembre y 2% en diciembre. Su vigencia será hasta el 27 de febrero del año 2017. Este es un gran logro obtenido no solo por los docentes universitarios sino por la comunidad universitaria en su conjunto, gracias a las diferentes manifestaciones que vienen realizando, pero como todavía hay temas que debe saldar el gobierno en torno a estas problemáticas (implementación del boleto estudiantil y el aumento del presupuesto universitario), la comunidad universitaria se seguirá manifestando hasta obtener nuevas respuestas satisfactorias a sus demandas. El miércoles 18 de Mayo se realizó un festival frente al ministerio de educación contra el ajuste macrista a la educación pública universitaria, varias universidades siguen con los métodos de protestas que ya vienen implementando como las asambleas y las clases públicas.
Nota: Gonzalo Segura
Fotos: Julia Capriglione y Clara Manterola