El Cartel dialogó con Jorge Kreyness y Rafael Araya Masry, quienes analizan lo más destacado del tablero mundial y sus reordenamientos; como así también el rol de la política exterior de la Argentina gobernada por Mauricio Macri.
Las voces de dos analistas en materia internacional como las de Jorge Kreyness (periodista y secretario de relaciones internacionales del Partido Comunista Argentino) y de Rafael Araya Masry (Periodista y analista internacional; secretario de relaciones internacionales del Partido MILES y ex asesor de la Embajada de Palestina en Argentina), nos permitirán reflexionar con rigor sobre el reordenamiento geopolítico que en este momento es timoneado por la derecha, otra vez como la hada madrina del establishment.
En Medio de este reordenamiento geopolítico donde el imperio contraataca contra el continente que más ha crecido en la última década y media, en un escenario en que nuevamente aflora el ALCA con el tratado de Alianza del Pacífico; el advenimiento de ISIS en medio oriente, movimientos fascistas que surgen con más fuerza en Europa y la posible llegada de Trump a la Casa Blanca ¿Estamos como dice el Papa Francisco frente a una tercera guerra mundial?
Araya Masry: La realidad nos impone esa tesis, aunque esa guerra no se esté desarrollando en los términos convencionales, comparado con lo que fueron la primera y segunda guerra mundial. La arremetida política y militar de los EEUU a nivel planetario, se produce en medio de la generación de grandes conflictos y guerras de alta y baja intensidad que sumergen a regiones enteras –como el caso de Oriente Medio- en luchas fratricidas con el propósito de acceder a mayores y menos onerosas reservas de hidrocarburos. Tal es el caso de Irak, Libia y Siria hoy, donde las intervenciones de EEUU y Occidente, prácticamente han desmembrado países con un alto índice de desarrollo humano. Y en cuanto a los caminos políticos, la injerencia norteamericana en América Latina, una vez derrotada la iniciativa del ALCA, se constata en la vigorosa potenciación de iniciativas como la Alianza del Pacífico, destinada a socavar los logros y alcances de los proyectos más integradores que hemos tenido: la UNASUR, el MERCOSUR y la CELAC, acompañado de una potente “guerra” de agresión comercial y política en contra de los países gobernados por partidos y movimientos de izquierda, cuyo ejemplo más visible es la República Bolivariana de Venezuela.
«Empiezan a haber rumores sobre dificultades en el banco alemán, que en Europa equivale mucho más de lo que pudo haber implicado en Estados Unidos la quiebra de Lehman Brothers, mucho más».
¿Qué rol van a tomar los organismos multilaterales latinoamericanos y caribeños como el MERCOSUR, UNASUR Y CELAC frente a la avanzada de la alianza del Pacífico?
Jorge Kreyness: Hay que verlo desde el intento de crear el ALCA en 2005 que fue derrotado en Mar del Plata. A partir de ahí Estados Unidos comenzó una política, con esa misma filosofía, para establecer acuerdos bilaterales con algunos países como México, con quien ya acordaban el NAFTA; con Colombia donde tienen bases militares y lo mismo con Perú y Chile. Se agruparon entonces los tratados de libre comercio con los tratados militares y crearon la Alianza del Pacífico, creada primero en base a la hegemonía de los EE-UU, segundo en base a la ideología del neoliberalismo, por lo cual son países que abren sus mercados al capital extranjero, donde se primarizan sus economías y que incluso ahora integran una lista junto con otros países del Asia, avanzando hacia el tratado de libre comercio del transpacífico.
Hacen un agrupamiento los países que tienen salarios más bajos a nivel mundial y esto se concatena con una estrategia que acá tiene el Presidente Mauricio Macri, que es algo que no pudieron hacer ni siquiera con las dictaduras cívico militares más sangrientas: bajar el salario del trabajador argentino, lo que ellos llaman ‘el costo argentino’. Porque en este momento el trabajador argentino está por arriba de los U$s500 mensuales, cuando la media latinoamericana es de U$s250 para abajo. Después tenemos el gran escenario incierto de lo que pasará en Brasil, sumado al panorama MERCOSUR con Paraguay y las vacilaciones del gobierno uruguayo, quien en este momento sufre unas presiones tremendas para que no le entregue la presidencia pro tempore a Venezuela a fin de julio, quien tiene un gobierno legítimo elegido democráticamente.
¿Cómo ve el presente de Dilma Rouseff? ¿Existe la posibilidad de que la verdadera mandataria contrarreste la ofensiva del gobierno GOLPISTA de Temer? ¿Cuáles serían las estrategias para lograrlo?
A: Al igual que en la Argentina, los poderes fácticos -léase corporaciones y multimedios al estilo de Clarín- vienen desarrollando desde que Dilma ganó en segunda vuelta, una guerra sostenida de descalificación, acusaciones infundadas y presiones de todo tipo encabezadas por un parlamento destituyente que ha logrado movilizar en las calles, y cuyo propósito es conseguir la dimisión o la expulsión de la Presidenta de su alto cargo. La posibilidad de contrarrestar esto, radica en la movilización popular y en la elaboración clara de una propuesta de convocar a nuevas elecciones, dado el nivel de poca legitimidad en que ha caído tanto el Poder Legislativo como una parte del Poder Judicial. Aún a riesgo de perder esa elección, posibilidad de la que Dilma es absolutamente consciente, sería un camino para que el próximo gobierno, sea o no del PT, pueda asumir su tarea amparado en la voluntad popular, factor del que hoy, Temer, carece.
«El gobierno uruguayo sufre unas presiones tremendas para no entregar la presidencia pro tempore a Venezuela a fin de julio, quien tiene un gobierno legítimo elegido democráticamente».
Trasladándonos al México de Peña Nieto que se desangra día a día, en medio de un escenario de narcotráfico y asesinatos ¿Ese ensayo podría replicarse en otros países de nuestra América Latina?
K: Hay sectores estadounidenses que toman a México como el modelo a seguir en toda la región, o sea la apertura total de la frontera, la militarización de la sociedad, porque hay sectores del capitalismo que tienen mucha conciencia de la crisis que ellos sobrellevan, y las grandes corporaciones para defender su tasa de ganancia tienen que empezar a los codazos con las otras corporaciones. Las corporaciones tienen serias dificultades para sostener esa medida de ganancia, así que tienen que imponer un mundo de guerra; primero tienen que adueñarse de los recursos, por eso atacan tanto el medio oriente.
¿Qué análisis puede hacer del atentado en Niza?
A: El atentado en Niza no tiene inequívocamente una matriz fundamentalista, no obstante, si así fuera, no es extraño que estos fenómenos de terror se produzcan. Las condiciones de vida de los emigrados a Francia provenientes del mundo árabe y del África Subsahariana, son deplorables, sumado a eso, el hecho de que muchos países de la Unión Europea, fomentaron el que jóvenes nacidos en Europa –incluida Francia- viajaran a Siria para sumarse al Estado Islámico y contribuir de esa forma al derrocamiento del gobierno del Presidente Bashar Al-Asad. Hoy, ese resultado se ha volcado a una victoria paulatina de las fuerzas gubernamentales, lo que está haciendo que muchos jóvenes que fueron a Siria, comiencen a regresar a Europa, pero esta vez como veteranos de un conflicto y con una ideología infinitamente más radicalizada, con las nefastas consecuencias que no son difíciles de prever.
«La injerencia norteamericana en América Latina, una vez derrotada la iniciativa del ALCA, se constata en la vigorosa potenciación de iniciativas como la Alianza del Pacífico, destinada a socavar los logros y alcances de los proyectos más integradores que hemos tenido: la UNASUR, el MERCOSUR y la CELAC (…)».
¿Qué consecuencias trae aparejadas la salida de Gran Bretaña de la UE a través del Brexit?
K: Empiezan a haber rumores de dificultades en el banco alemán, que equivale en Europa mucho más de lo que pudo haber implicado en Estados Unidos la quiebra de Lehman Brothers, mucho más. A Londres le cuesta mucho trabajo seguir dependiendo de Bruselas, de la UE, aparecen tendencias nacionalistas de derecha y prefiere ir a Washington sin pasar por Bruselas. Veo que es más posible una alianza Estados Unidos-Gran Bretaña que de los británicos con la UE. Hay que ver qué va a hacer China, qué hará Rusia, los propios EE-UU, ver quién va a ganar en noviembre, si Trump o Hilary. Un panorama donde se suma lo que pasa en medio oriente con ISIS y otros escenarios donde la derecha vuelve a tener el protagonismo hegemónico. Son respuestas globales a lo que fue en su momento la competencia que le empezaba a hacer los BRICS, la Asociación de Cooperación de Shanghái, todo girando en torno a la emergencia de China.
¿Tendrá Estados Unidos bases militares en nuestro país?
A: Todo parece indicar que EEUU marcará presencia en la Argentina con la instalación de, por lo menos, dos bases militares, Ushuaia y la zona de la Triple Frontera en ambos extremos del país, lo que complementará sin duda, a las ya existentes en el Paraguay -una de ellas a 40 minutos de vuelo de La Paz- que, si las sumamos a las ya existentes en varios países de Sudamérica (Chile, Perú, Colombia) cierran un círculo pretoriano sobre las democracias del continente, particularmente sobre gobiernos progresistas que se resisten a la injerencia norteamericana. Esas bases, como bien sabemos, se transforman en verdaderos “nidos de conspiración” para condicionar gobiernos y políticas, lo cual sin duda, marca un giro radical en cuanto a la posición gubernamental respecto del intervencionismo imperialista.
«El gobierno nacional necesita “pulir” los mecanismos de represión a la movilización, y parte sustancial de ese mecanismo, para el gobierno, lo constituyen la Fuerzas Armadas».
¿Es posible que el Kirchnerismo pueda retomar el poder desde una pata política transversal, como se dio en los últimos años a la cabeza de Cristina Fernández de Kirchner, teniendo en cuenta que muchos lo dan por muerto, sea a través de los casos de corrupción, etc? ¿Cómo ve el camino hacia las legislativas de 2017?
K: El Kirchnerismo tiene una responsabilidad muy grande en jugar hacia el 2017 con una política independiente de la presión estadounidense, de la Unión Europea, de las corporaciones, de las trasnacionales, etc. Si jugamos a ganar, ese triunfo tiene que tener un contenido, porque ya vimos que ganar por ganar no nos lleva a ningún lado, sino que nos llena de Panamá Papers, fondos buitres, tarifazos, desocupación, personajes como Aranguren, Melconian.
¿Qué rol juegan las FFAA en una etapa próxima hacia la fractura social y ebullición política en nuestro país? ¿Avizora un proceso de violencia y represión por parte del gobierno nacional?
A: Es obvio y manifiesto que el gobierno de Mauricio Macri pretende darle a las FFAA un rol diferente de aquel que claramente les marca la Constitución Nacional, inmiscuyéndolas en asuntos de política interna y dotándolas de un poder de policía destinado eufemísticamente a “combatir el narcotráfico y la mafia organizada” pero que, bien lo sabemos en América Latina, se convierte en una fuente de represión interna que se traduce en la realización de trabajos de inteligencia a líderes políticos, sociales, estudiantiles, sindicales, etc. Todo esto, con el propósito de ejercer un control sobre la actividad política disfrazado de tareas de seguridad ciudadana, en momentos en que la situación social y económica del país sufre un gigantesco deterioro y la protesta social está en ciernes. Para enfrentar esto, que amenaza con adquirir una gran magnitud, el gobierno necesita “pulir” los mecanismos de represión a la movilización y parte sustancial de ese mecanismo, para el gobierno, lo constituyen la Fuerzas Armadas.
Condimentos del oficio
Rara vez uno puede entrevistar a dos periodistas de la talla de Kreyness y Masry en un mismo día y en diferentes formatos, sobre todo si en el medio se suscitaron imponderables tecnológicos. Pero el periodismo es así, está lleno de anécdotas de un detrás de escena que hacen aún más grandes a este tipo de maestros de la sencillez, que no sólo te guían en el mapamundi de las noticias, sino te enseñan sobre códigos del oficio.
Entrevista por Javier Tucci para El Cartel