«La concepción que anima al gobierno es una concepción estrechamente mercantil, no sólo de la economía: de la vida.»

En el marco de la movilización universitaria del pasado jueves 12 de mayo, mezclados entre la multitud, dialogamos con el politólogo, profesor y ex-Rector de la Universidad Nacional General Sarmiento (UNGS), Eduardo Rinesi y con el filósofo Ricardo Forster, quienes nos brindaron su visión acerca de las políticas en materia educativa que está llevando adelante el gobierno nacional y las implicancias que esta coyuntura conlleva.

¿Por qué estás acá en la marcha?

Rinesi: Estoy aquí, como todos nosotros, acompañando una muy importante, me parece, movilización alrededor de un par de reclamos fundamentales. El primero más evidente, más urgente, más inmediatamente importante, el de la necesidad de que el gobierno revise las horribles ofertas que está haciendo en la negociación paritaria docente, que son verdaderamente escandalosas. Es necesario que las paritarias, que son una conquista importantísima de los trabajadores en general, para el caso de los trabajadores universitarios en particular, puedan avanzar exitosamente y el gobierno efectivamente no está no está haciendo ninguna señal conducente a ese fin. Es necesario que revisen sus ofertas y que se pueda llegar a un acuerdo muy por encima de lo que hoy está planteando como techo para la negociación.

Y en un sentido más general me parece que hay un muy compartido sentimiento de preocupación y yo diría incluso de indignación frente a una sistemática evidencia de la despreocupación del gobierno por la vida universitaria, por su obligación de sostener la universidad pública, de sostener con aportes presupuestarios y con mayor preocupación que la que viene evidenciando la capacidad de la universidad para garantizar el derecho de todo el mundo, el derecho de todos nuestros jóvenes a realizar estudios superiores y el derecho de la comunidad a beneficiarse de la existencia de una universidad que trabaje bien, en adecuadas condiciones, que investigue, que produzca. Me parece que eso es lo que está en juego hoy en la Argentina.

¿Qué sensaciones tenés acerca de la manifestación?

Forster: La convicción de que este es el único camino que tiene la comunidad universitaria para, desde el espacio público, reivindicar la defensa de la universidad, del ingreso irrestricto a la universidad abierta, gratuita. Para también defender la  inversión que el estado nacional tiene que sostener en la universidad y en la investigación Me parece muy bueno que el conjunto de las universidades (acá hay muchas universidades no solamente la de la UBA sino las universidades del Gran Buenos Aires: Moreno, Quilmes, Avellaneda, Gral Sarmiento, delegaciones de las universidades de las provincias) que a través de sus docentes sus no docentes y sus estudiantes están planteando que es fundamental defender uno de los grandes valores de igualdad que supo sostener nuestra sociedad a lo largo de los peores momentos incluso de nuestra historia, y bueno acá estamos para eso.

Hace quince años que no se juntaban las universidades reclamando; me acuerdo perfectamente porque estuve también allí, contra la decisión de quien era en ese momento Ministro de Economía, López Murphy, que era la expresión más ultraliberal de aquel gobierno de la Alianza; ahí  quiso arancelar la universidad y creo que la comunidad universitaria en un contexto muy complicado de aquella Argentina con poca movilización sin embargo salió a la calle. Un déjà vu con una gran diferencia, que en ese momento la universidad atravesaba uno de sus momentos más duros, de mayor desinversión, con peores salarios, con salarios congelados (acuérdense aquello de Cavallo que mandó a lavar los platos a las científicas en ese caso), y hoy tenemos en cambio una universidad y una comunidad académica que atravesó más de una década de reconstrucción de la vida universitaria, de los salarios, de la inversión y que por lo tanto tiene otra realidad y otras cosas que defender; así que ojalá este sea el punto de partida para un movimiento todavía mucho más amplio, porque me parece que falta que se exprese de un modo mucho mayor el movimiento estudiantil.

R: Es importante. Me parece que la movilización, las movilizaciones más tradicionales, más convencionales, la manifestación de personas en las calles es una vía muy ostensible y eficaz, me parece, hacer notar un estado de ánimo colectivo y una sensación de disconformidad que me parece que el gobierno no puede desoír. Puede fingir que lo desoye, puede esto no salir mañana en las tapas de más que algún diario de circulación menor que la de los diarios mayoritarios, pero me parece que el gobierno no puede desconocer lo que significa esta enorme cantidad de personas en la calle, con sus cuerpos en la calle, manifestando. Esto me parece que es una vieja y todavía muy recuperable forma de la política que no tenemos que abandonar.

¿Cómo afectaron las políticas del gobierno kirchnerista en la universidad?

R: Yo creo que a nuestra universidad (UNGS), como el conjunto me parece de las universidades, a la nuestra la conocemos más de cerca y podemos hablar con más detalle pero han tenido un proceso de crecimiento muy interesante. Nuestra universidad ha incrementado considerablemente la matrícula estudiantil; se ha incrementado considerablemente la cantidad de egresados y la tasa de egresados respecto a la matrícula de ingreso, lo cual es un dato muy importante y muy interesante; se han incrementado la cantidad de carreras.

Me parece que la universidad está en un proceso de crecimiento franco y decidido desde hace muchos años. Sin duda que ha tenido que ver con eso la política pública muy activa de los últimos doce, trece años en la Argentina; y me parece que nuestra universidad, como todas, enfrenta hoy el enorme desafío de seguir sosteniendo este ritmo de crecimiento, de seguir sosteniendo esa apuesta por garantizar el derecho de los muchachos, de las chicas, de los jóvenes, de los ciudadanos en general a realizar estudios superiores, en un contexto mucho más adverso. Creo que la gestión de la universidad está haciendo las cosas estupendamente bien en ese sentido; la universidad sigue creciendo, la universidad sigue construyendo edificios; la universidad enfrenta ahora el desafío extraordinario de seguir avanzando con la implementación de su escuela secundaria, que es una gran cosa. Es un desafío muy interesante y una obligación muy importante de la universidad; cosa que también pueda hacerla en la medida que los recursos prometidos y no siempre recibidos del Estado Nacional sigan fluyendo hacia la universidad. En fin; me parece que es un período interesantísimo de la vida de la universidad y hay que seguir sosteniendo, me parece, el desafío de hacerla crecer y de garantizar sobre todo el funcionamiento, en un contexto mucho más difícil, mucho más restrictivo.

F: En líneas generales, hubo una gran politización de la juventud en estos últimos años pero no hubo un movimiento estudiantil a la altura de lo que pasó en la Argentina, ojala que en este momento complicado, porque yo creo que el neoliberalismo supone un enorme daño social, cultural, institucional, político, ojalá que hoy el movimiento estudiantil pueda salir del ombliguismo, de la lucha por el centro de estudiantes y salir a las calles para, juntándose con otros sectores de la sociedad, defender los derechos conquistados en estos años.

¿Por qué creés que el gobierno nacional lleva adelante estas políticas? ¿Es una cuestión ideológica? ¿Una cuestión económica?

R: No sé si es tan fácil distinguir esos dos planos que vos planteas. Hay una cuestión ideológica, si se entiende por eso un cierta concepción del mundo, evidente, hay una clara y manifiesta despreocupación por la educación pública y hay una clara y manifiesta despreocupación por lo público en general. La concepción que anima al gobierno que tenemos es una concepción estrechamente mercantil, no de la economía; de la vida, y eso es particularmente serio.

Y hay, además, un programa económico en marcha que ha decidido prioridad a dónde poner la plata y a dónde no ponerla y que entre otras cosas está decidiendo con mucha nitidez no ponerla en el sistema educativo y no ponerla en la universidad. Eso me parece extraordinariamente grave y es contra lo que me parece que debemos estar atentos y militando.

 

¿Qué implica el desfinanciamiento universitario para toda la universidad?

F: Muchas cosas. El modelo neoliberal tiene como uno de sus núcleos principales la desinversión y el ajuste en el campo educativo. No le interesa la universidad pública, no le interesa la universidad gratuita, no le interesa que de nuevo, y después de muchísimas décadas, generaciones de hijos de trabajadores por primera vez estén llegando a las universidades. No le interesa que la Argentina desarrolle una investigación a nivel importante, significativa, que haya fuerte inversión en la ciencia y tecnología; no le interesa que la universidad sea precisamente uno de los valores de una sociedad más igualitaria.

La última es acerca de la imagen estigmatizadora que se construyó desde el gobierno nacional sobre las universidades del conurbano, ¿qué opinión te merece siendo alguien que trabaja en una, como lo es la UNGS?

R: Me parece, principalmente, que esos estigmas son disparatados, prejuiciosos, generalizadores también; me parece que si bien hay un cierto conjunto de características comunes de las universidades del conurbano, está claro que son universidades muy distintas, animadas por designios muy diferentes, con vocaciones académicas, tipos de formaciones, etc. muy diferentes también; entonces eso burla la unificación de todas esas universidades bajo un mismo régimen y me parece absolutamente torpe y prejuicioso esa estigmatización. Me parece que lo que funciona aquí como idea de fondo de esta estigmatización es “las universidades no tienen porqué ser para todos”; “estábamos muy bien con siete u ocho grandes universidades en los grandes centros urbanos del país” y “no sé porqué a esta gente se le dio por empezar a crear universidades en todas partes”. El Presidente de la Nación, no siendo Presidente de la Nación, sino siendo el candidato a Presidente de la Nación dijo “yo no sé para qué inventan tantas universidades”, eso es una definición sobre para quién es la universidad y nosotros luchamos contra esa idea.